LA MAZA BARRETADA
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LA MAZA BARRETADA
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Una Maza de armas (o maza barreteada en voz antigua) es simplemente una maza para la guerra. No obstante, el apelativo "de armas", que viene del francés, se le aplica, en Francia, para las mazas y martillos completamente metálicos de la Edad Media. Por tanto es una maza metálica medieval especializada muchas veces en "punzar" a través de las armaduras, además de contusionar al oponente, gracias a los apéndices de hierro o acero (cuchillas o aletas) que dispuestos regularmente sobre la cabeza de armas muestran filos o lados puntiagudos.
Sirva también en español para designar cualquier maza o garrote militar.
La maza de armas es una evolución lógica de las armas contundentes que se volvieron a emplear en guerras y batallas, o bien nunca lo dejaron, gracias a su fácil y económica construcción. Estas armas comienzan a ser de nuevo populares de manera generalizada en la Europa de la Alta Edad Media, mientras que otros lugares como la zona musulmana o Indopakistaní perduraron muchos siglos más.
El resurgir de esta arma llegó en la Edad Media, a juzgar por algunos monumentos figurativos donde se representan jinetes empuñando dicha arma como en el famoso Tapiz de Bayeux (siglo XI). Donde se puede apreciar que las mazas comienzan a emplear formas muy especializadas y pasan a ser completamente metálicas. Además, desde el (siglo XII?), se transformó en insignia de ceremonia y símbolo de poder (para la que ya había servido también en épocas pasadas) llegándose a transformar en armas de "parada". Tanto los reyes, emperadores, como la alta jerarquía eclesiástica usaban mazas como objeto de representación del poder. Por ello incluso las Órdenes Militares de la Iglesia usaban mazas en ciertas épocas en lugar de armas de tajo y punza por evitar "sangrar" a sus enemigos, lo que tenían supuestamente prohibido al ser frailes.
Su forma tradicional en esta época, la denominada Maza de armas, consistía en una sencilla bola o badajo de corazón de bronce o hierro, con cuchillas o puntas, colocadas en el extremo de un corto mango totalmente metálico. Sin embargo, en los siglos XV y XVI se fabricó a manera de molinillo crespado y también en hierro.
Las mazas militares reconocidas más tarde como Mazas de armas, y centrándonos en sus versiones metálicas no exclusivas para contusionar, aparecen ya en la Edad del Bronce, sobre todo por Oriente Medio, aunque normalmente el uso de las mazas era esencialmente contundente. Dado que estas armas requerían de poco adiestramiento militar, siempre fueron muy aceptadas entre las tropas comunes. Sólo hasta muchos siglos más tarde, las tropas de élite y nobleza no las emplearon amplia y militarmente, más bien se usaban como símbolo de estatus.
Es al inicio del Medioevo cuando las mazas y martillos vuelven a popularizarse sobremanera con el formidable desarrollo de las armas defensivas. A partir de este momento, cuando las armaduras, sobre todo por el Arnés, comienzan a desplazar a los escudos, es cuando las mazas de armas desarrollan su vertiente "perforadora" gracias a las cuchillas afiladas de su cabeza de armas. Pasa pues de ser un arma de poco estatus y consideración a un arma predilecta de caballeros. Además, dado que en la Edad Media las mazas vuelven a gozar del favor de la aristocracia como símbolo de poder y de jerarquía (En la Iglesia católica, Nobleza, etc.), comienzan a realizarse portentosas y ostentosas mazas y mazas de armas de "parada" e incluso pontificadas, dejando la coletilla en la historia de "Bastón de mando".
Las Mazas y otras armas contundentes, salvo excepciones, solían ser armas a una mano, cortas (50-70 cm), y no tan pesadas como cabría esperar, entre 1,5 kg y poco más de 2 kg. Encontrándose, por supuesto, ejemplares más pesados y grandes.
La forma de su cabeza de armas pasa de tener formas esféricas, heredadas de sus antecesoras de piedra, a mostrar formas poligonales con aristas (Formas de estrellas poliédricas, por ejemplo.), de antorcha (Con punta cuasi afilada), a las versiones "de armas" propiamente dichas en las que las cuchillas o aletas (os apéndices afilados o picudos que sobresalen) comienzan a trabajarse más estilizada y de forma más efectiva para perforar armaduras de placas metálicas.
Salvo en sus primeras evoluciones, y en las versiones de levas que por obligación , por abaratar más bien, se realizaban con mango de madera, las Mazas de armas presentan vástagos completamente metálicos. Con o sin acolchado (tiras de cuero, tejidos...) para empuñarlas.
Una Maza de armas (o maza barreteada en voz antigua) es simplemente una maza para la guerra. No obstante, el apelativo "de armas", que viene del francés, se le aplica, en Francia, para las mazas y martillos completamente metálicos de la Edad Media. Por tanto es una maza metálica medieval especializada muchas veces en "punzar" a través de las armaduras, además de contusionar al oponente, gracias a los apéndices de hierro o acero (cuchillas o aletas) que dispuestos regularmente sobre la cabeza de armas muestran filos o lados puntiagudos.
Sirva también en español para designar cualquier maza o garrote militar.
La maza de armas es una evolución lógica de las armas contundentes que se volvieron a emplear en guerras y batallas, o bien nunca lo dejaron, gracias a su fácil y económica construcción. Estas armas comienzan a ser de nuevo populares de manera generalizada en la Europa de la Alta Edad Media, mientras que otros lugares como la zona musulmana o Indopakistaní perduraron muchos siglos más.
El resurgir de esta arma llegó en la Edad Media, a juzgar por algunos monumentos figurativos donde se representan jinetes empuñando dicha arma como en el famoso Tapiz de Bayeux (siglo XI). Donde se puede apreciar que las mazas comienzan a emplear formas muy especializadas y pasan a ser completamente metálicas. Además, desde el (siglo XII?), se transformó en insignia de ceremonia y símbolo de poder (para la que ya había servido también en épocas pasadas) llegándose a transformar en armas de "parada". Tanto los reyes, emperadores, como la alta jerarquía eclesiástica usaban mazas como objeto de representación del poder. Por ello incluso las Órdenes Militares de la Iglesia usaban mazas en ciertas épocas en lugar de armas de tajo y punza por evitar "sangrar" a sus enemigos, lo que tenían supuestamente prohibido al ser frailes.
Su forma tradicional en esta época, la denominada Maza de armas, consistía en una sencilla bola o badajo de corazón de bronce o hierro, con cuchillas o puntas, colocadas en el extremo de un corto mango totalmente metálico. Sin embargo, en los siglos XV y XVI se fabricó a manera de molinillo crespado y también en hierro.
Las mazas militares reconocidas más tarde como Mazas de armas, y centrándonos en sus versiones metálicas no exclusivas para contusionar, aparecen ya en la Edad del Bronce, sobre todo por Oriente Medio, aunque normalmente el uso de las mazas era esencialmente contundente. Dado que estas armas requerían de poco adiestramiento militar, siempre fueron muy aceptadas entre las tropas comunes. Sólo hasta muchos siglos más tarde, las tropas de élite y nobleza no las emplearon amplia y militarmente, más bien se usaban como símbolo de estatus.
Es al inicio del Medioevo cuando las mazas y martillos vuelven a popularizarse sobremanera con el formidable desarrollo de las armas defensivas. A partir de este momento, cuando las armaduras, sobre todo por el Arnés, comienzan a desplazar a los escudos, es cuando las mazas de armas desarrollan su vertiente "perforadora" gracias a las cuchillas afiladas de su cabeza de armas. Pasa pues de ser un arma de poco estatus y consideración a un arma predilecta de caballeros. Además, dado que en la Edad Media las mazas vuelven a gozar del favor de la aristocracia como símbolo de poder y de jerarquía (En la Iglesia católica, Nobleza, etc.), comienzan a realizarse portentosas y ostentosas mazas y mazas de armas de "parada" e incluso pontificadas, dejando la coletilla en la historia de "Bastón de mando".
Las Mazas y otras armas contundentes, salvo excepciones, solían ser armas a una mano, cortas (50-70 cm), y no tan pesadas como cabría esperar, entre 1,5 kg y poco más de 2 kg. Encontrándose, por supuesto, ejemplares más pesados y grandes.
La forma de su cabeza de armas pasa de tener formas esféricas, heredadas de sus antecesoras de piedra, a mostrar formas poligonales con aristas (Formas de estrellas poliédricas, por ejemplo.), de antorcha (Con punta cuasi afilada), a las versiones "de armas" propiamente dichas en las que las cuchillas o aletas (os apéndices afilados o picudos que sobresalen) comienzan a trabajarse más estilizada y de forma más efectiva para perforar armaduras de placas metálicas.
Salvo en sus primeras evoluciones, y en las versiones de levas que por obligación , por abaratar más bien, se realizaban con mango de madera, las Mazas de armas presentan vástagos completamente metálicos. Con o sin acolchado (tiras de cuero, tejidos...) para empuñarlas.
jafjaa- Campeón
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