LA ESPADA JINETA
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LA ESPADA JINETA
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El siglo XI estuvo lleno de sucesos que pusieron en peligro la Guerra Santa musulmana en nuestra península. Estaba peligrando el poder musulmán en Hispania, y las llegadas de ayudas del Norte de África habían de ser reforzadas con hombres nuevos y nuevas estrategias guerreras.
Los hombres nuevos serían los "zenetes", que luego habrían de llamarse jinetes, de la tribu berberisca de los Benimerín, que venían al servicio de Mohamed I de Granada. En el siglo XIII se introduce en nuestro suelo un cambio en la forma de pelear según sabemos por la Crónica de Alfonso X, debido a la llegada de los zenetes y la nueva estrategia sería el completo cambio del concepto de guerrear, que vendría a introducir grandísimas variaciones en los arneses de caballo y caballero. Esta nueva e importante estrategia fue la forma de pelear "a la jineta".
El calificativo jineta, de significado incierto, responde a un tipo de espada de producción genuinamente nazarí, introducida en la península "musulmana" por los Zenetes. Correspondía a un tipo de espadas rectas, de doble filo con canal hasta la mitad, de empuñadura huesiforme y con pomo redondo, de una sola mano, y cuyos arriaces de forma redondeada caían hacia la hoja dejando un mínimo espacio entre sí. Pero sin duda, su característica más importante era el grandioso trabajo y calidades de los materiales con los que se fabricaban las empuñaduras.
Estas espadas originales de Al-Ándalus, el territorio de la Península Ibérica que estuvo bajo dominio musulmán, fueron en un principio armas de la caballería de los zenetes, pero a medida que la fama y técnica de monta "a la jineta", y del uso de estas armas por tropas "moras" de los reinos "cristianos" ibéricos -o por botín de guerra-, comenzaron a ser empleadas por los más reputados nobles y guerreros de la proto España de la Reconquista, datándose sus primeras apariciones documentadas no antes del siglo XIII, y cerrándose su uso y fabricación "cristiana" hacia el siglo XV, y en Toledo.
Aunque quedan pocos ejemplares en todo el mundo, la espada jineta tenía dos variantes muy bien diferenciadas: la de armas o de guerrear, casi exentas de decoración, cuyos ejemplares no se encuentran en museos, pero sí se les hace referencia en documentos de la época, y la de "parada" u "oficialía", más lujosa con toda clase de adornos como el damasquinado, el nielado, el dorado, el esmalte, la filigrana, el repujado, etc.. De estas últimas son los ejemplares que podemos encontrar en los respectivos museos como la Espada jineta de Boabdil el Chico o la famosa y musulmana Tizona de el Cid, que han servido para catalogar a estas espadas como armas lujosamente forjadas y ataviadas de los mejores materiales de la época.
Fue por tanto la nueva técnica de guerra de la caballería musulmana -adoptada más tarde por los reinos cristianos- la que propició el desarrollo de las espadas jinetas en Al-Ándalus (Granada sobre todo), más acordes al tipo de lucha que revolucionó las guerras de conquista y reconquista peninsulares
Esta nueva forma de combate vino a cambiar el peso que el caballo debería soportar durante la lucha reduciendo el peso de las armas y de las vestimentas de defensas, así como la longitud de los estribos, ya que sobre éstos se desarrollaba la nueva técnica de combate al apoyar sobre ellos todos los movimientos. El guerrero árabe de nuestra península montaba hasta entonces "a la brida", es decir, con los estribos largos y las piernas estiradas como lo hacían los cristianos, soportando entre el caballo y el guerrero el peso de las grandes rodelas y escudos de hierro, lanzas de anchas hojas, corazas de cota de malla o escamas, pesados cascos metálicos, y a veces, largas y anchas espadas, lo que hacía sus movimientos lentos y poco eficaces.
El concepto de la guerra cambió en unos años, igual que cambió la indumentaria militar. Había que conseguir movimientos rápidos y clara agilidad en la pelea. Los zenetes habían introducido el estribo corto y habían aligerado de peso sus defensas haciendo al mismo tiempo la espada más corta y manejable. La técnica de lucha de los africanos aceptada por los hispano-musulmanes, terminó siendo aceptada también por los cristianos tras la batalla de Sierra Elvira en 1431.
La fabricación de la espada jineta comenzó en Granada en el siglo XIII, sin embargo existen datos que dejan lo suficientemente claro que estas espadas fueron también hechas en Toledo. En la batalla de Sierra Elvira en 1431 (volvemos a recordar que Granada no se reconquista hasta 1492, mientras Toledo lo había sido en 1085), fue altamente reconocida por los cristianos la eficacia de esta espada árabe y su manera rápida de usarla.
Desde entonces y hasta finales del mismo siglo que fue organizada la copia de la espada jineta en Toledo, los espaderos cristianos habían intentado el cambio de modelo de armas para la guerra, así como los militares intentaron el cambio o la copia de tácticas en la pelea. Mientras estos últimos hacían sus cambios, los armeros se iban acercando al modelo de la espada árabe copiando sus características, que describe Ferrandis Torres de la siguiente forma: "Las espadas constan de puño muy corto que apenas permitían apoyar la mano para afianzar el golpe; pomo esférico, a veces achatado, y arriaces de brazos caídos terminados generalmente en cabezas de animales".
jafjaa- Campeón
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